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Hablan las plantas
Hace tiempo que lo vengo creyendo y así lo sostengo. Algo deben tener las plantas, no sé si llamarlo inteligencia o sensibilidad, como hacen Stefano Mancuso y Alesandra Viola, pero de alguna manera deben arreglarse para establecer una sutil comunicación entre ellas. Por estas cosas de la navegación por internet he dado con un artículo de 2014 donde el divulgador científico Daniel Cossins sostiene que las plantas hablan. Casualidad o no, las voces a favor de esa capacidad vegetal son cada vez más numerosas e insistentes. Las líneas que siguen son un resumen del artículo de Cossins.
Es la peor pesadilla de todas las plantas. En el otoño de 2009, en un invernadero victoriano del Jardín Botánico Cruickshank de la Universidad de Aberdeen en Escocia, Zdenka Babikova colocó áfidos devoradores de vegetación en ocho plantas de alubias y cerró las hojas y tallos de cada planta dentro de una bolsa de plástico transparente. Sin embargo, esto no fue un acto de malicia; todo fue en nombre de la ciencia. Babikova, una estudiante de doctorado de la Universidad de Aberdeen, sabía que las plantas de fríjol infestadas de áfidos liberan en el aire sustancias químicas olorosas conocidas como compuestos orgánicos volátiles (COV) para advertir a sus vecinos, quienes responden emitiendo otros compuestos para repeler áfidos y atraer avispas cazadoras de áfidos. Lo que ella no sabía era si las plantas también estaban activando la alarma bajo el suelo. Experimentos posteriores le permitieron comprobar que las plantas usan sus hongos simbiontes para enviar señales de aviso a otras. Parecía claro que se trata de un sistema de señalización efectivo.
Los datos revelan que las plantas intercambian información entre ellas. Lejos de ser organismos que no responden y no se comunican, las plantas participan en conversaciones regulares. Además de alertar a las vecinas sobre los ataques de herbívoros, se alertan unas a otras para amenazar a los patógenos y las sequías inminentes, e incluso reconocen a las parientes, adaptándose continuamente a la información que reciben de las plantas que crecen a su alrededor. Además, las plantas pueden “hablar” de diferentes maneras: a través de sustancias químicas en el aire, compuestos solubles intercambiados por raíces y redes de hongos filiformes, y quizás incluso sonidos ultrasónicos. Las plantas, al parecer, tienen una vida social muy activa, idea que los científicos están empezando a aceptar y comprender.
Los compuestos orgánicos volátiles (COV) son una forma de comunicación entre las plantas no solo de la misma especie, sino entre ejemplares de diferentes especies. Plantas intactas aumentan sus sistemas de defensa cuando son expuestas a plantas dañadas por herbívoros. Y se avisan liberando señales químicas en el aire. Al principio la comunidad científica no lo aceptó, pero los experimentos comenzaron a dar evidencias convincentes de lo contrario.
Los chismes de las plantas no solo se propagan por el aire; la rizosfera crepita con la charla, también. O sea, que las plantas escuchan indirectamente las señales de angustia de sus vecinas a través de su sistema radical. Si una padece sequía, las vecinas reaccionan en respuesta al estrés provocado cerrando sus estomas, lo que demuestra que recibieron el mensaje de preparación para la sequía. Y no solo eso: estas últimas también liberan más de la misma señal, que a su vez es percibida por otras plantas más distantes y sin estrés.
Los científicos están demostrando que las plantas pueden reconocer cuándo están creciendo junto a un vecino malo y cambiar su comportamiento de crecimiento en consecuencia. También están hallando evidencias de que existe una emisión de sonido y una respuesta de algún tipo. ¿Qué utilidad puede tener esto para la agricultura? Bueno, si tengo un huerto y sé que mis tomates se van a desarrollar mejor en presencia de plantas de hinojo, tal vez sería conveniente plantar hinojo en el huerto. Es posible que mis plantas aprendan así a enfrentarse mejor a la sequía, al ataque de insectos o a las enfermedades. Pero los científicos deben estar seguros de que esto realmente funciona como creen, que las plantas son capaces de intercambios de información muy sofisticados con otras plantas, pues trabajan con los medios de subsistencia de muchas familias.