Blog
Líquenes para todos los gustos
Desde el desierto a los polos, desde la costa a las cumbres montañosas, no solo protegen el suelo, sino que contribuyen a su formación, al funcionamiento de los ecosistemas y a la germinación de semillas. No solo eso; también participan en los ciclos vitales como el del carbono o el agua. La lista de favores continúa y se hace tan extensa como nuestro desconocimiento de estos seres simbióticos, poco llamativos, es verdad, pero esenciales para la biodiversidad y sensibles a los cambios ambientales, los líquenes. Tan sensibles que en muchos países ya se están arbitrando medidas para su conservación por contar con los mismos peligros que las demás especies: la contaminación atmosférica, los incendios forestales, la fragmentación de los espacios, la explotación de los bosques, el cambio climático o la actividad humana.
Cladonia fimbriata
En cierta ocasión titulaba un artículo con una expresión matemáticamente engañosa. “Cuando uno más uno es uno”, decía. En este texto daba cuenta de una de esas extrañas asociaciones con que la Naturaleza trata de poner a prueba nuestra capacidad de asombro, una sociedad, que los científicos llaman simbiosis, en la que un hongo y un alga se ponen de acuerdo para dar lugar a un liquen (del latín, lichen) obteniendo así un beneficio mutuo. De modo que un liquen es un hongo asociado a un alga y, por tanto, también debemos clasificarlo en el reino Fungi. Veíamos cómo el alga procura el sustento mientras que el hongo proporciona agua y sales minerales, y añadimos ahora que ambos son capaces de afincarse en ambientes extremos. Recordábamos por qué se dice que los líquenes son bioindicadores y qué les pasa cuando pierden la humedad y la recuperan después. Y nos fijábamos —de forma somera, sí— en la gran cantidad de especies que se conocen, pero no llegamos a centrarnos en su tipología, asunto que debemos abordar en estas líneas.
Hay quien clasifica a los líquenes en función del lugar donde viven, teniendo en cuenta que son capaces de colonizar los más diversos sustratos. Se han encontrado incluso sobre plásticos y vidrios, sobre musgos o sobre animales, pero lo más habitual es verlos sobre cortezas, ramas, piedras o suelo:
- los líquenes crustáceos o crustosos habitan sobre rocas, con aspecto de costra, pegados al sustrato; pueden ocupar una superficie continua o aparecer fragmentados en forma de placas; la mayoría de los líquenes son de este tipo;
- a los líquenes foliosos les da por las ramas y las rocas, y adquieren el aspecto de pequeñas hojas; están muy extendidos y son los más llamativos;
- los líquenes fruticulosos viven también sobre las ramas, pero se disfrazan de pequeños arbolitos de ramas enmarañadas; los hay erguidos, extendidos o colgantes, y no están pegados al sustrato, sino adheridos a él por una pequeña superficie de fijación.
Podríamos incluir a los líquenes combinados, que son una mezcla de líquenes crustáceos y fruticulosos, o a los escamosos, formados por escamas más o menos cercanas entre sí, o a los filamentosos, formados por hilos muy finos y enmarañados, o a los gelatinosos, gruesos y quebradizos cuando están secos y muy blandos e hinchados en ambiente húmedo. Pero para nosotros, simples mortales y bastante legos en la materia, sería rizar el rizo y complicarnos la existencia, por lo que más nos vale centrarnos en los más comunes.
Como ejemplo de liquen crustáceo nos viene a la mente la enorme variedad que ocupa vastas extensiones de rocas, madera y suelo, con gran diversidad de formas y colores que dibujan un bonito collage cromático. Fuertemente adheridos al sustrato, resulta poco menos que imposible separarlos de él sin romperlos. Este tipo de líquenes supone un eficaz escudo para el sustrato contra el ataque de los elementos.
Entre los líquenes foliosos encontramos la Xanthoria parietina sobre rocas, muros, troncos o superficies musgosas, propio de ambientes rurales y agrícolas y uno de los que mejor soporta la contaminación atmosférica. En condiciones de fuerte insolación y escasa humedad adquiere un color amarillento que le otorga el nombre de liquen de pan de oro.
Xanthoria parietina
Y para abundante y frecuente, uno que todos conocemos como barba de viejo (Evernia prunastri), un liquen fruticuloso que puebla las ramas y troncos de pinos, quercíneas y especies caducifolias, de aspecto muy ramificado, de ramas aplanadas y de color blanquecino, verdoso o amarillento. Se pueden reproducir por fragmentación o por esporas, y suelen aparecer tras la caída de las hojas o en zonas del árbol más expuestas al sol. Cabe añadir, como curiosidad, que se ha usado por sus propiedades tintóreas y en cosmética como fijador de perfumes o acondicionador de la piel.
Evernia prunastri
En nuestros paseos por el monte también podemos encontrar líquenes del género Usnea, que crecen colgando de las ramas de los árboles a modo de cabellos al viento.
Usnea ssp.
Reconociendo que la utilidad de estos organismos similares a plantas que son los líquenes es bastante limitada en nuestras latitudes, conviene saber que en otros países se utilizan algunas especies como alimento para los animales o como colorantes, y lo que es más importante, se han descubierto propiedades antibióticas en su composición. De modo que su trascendencia para nosotros va más allá de indicarnos la pureza del aire o de servir como combustible para las fogatas de domingueros.