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El hongo yesquero
Tan acostumbrados como andamos buscando hongos por el suelo, no vemos los que crecen en los troncos de los árboles, como el hongo yesquero (Fomes fomentarius), con su característica forma de casco de caballo —por algo se le conoce también como hongo pata de caballo— y color que varía del marrón al negro. Bien podría haber engrosado este elemento alguna de las entradas dedicadas a las curiosidades emboscadas en los troncos, pero su interés ha adquirido entidad propia. Veamos por qué.
Lo primero que necesita este hongo es un sustrato apropiado, y puesto que sus esporas no son capaces de atravesar una corteza sana, lo veremos ocupando heridas o troncos viejos y achacosos, en cuyo interior teje su micelio. El de la imagen se ha instalado sobre un pino, pero por lo general prefiere maderas duras como la del roble, el haya, el arce o el tilo, entre otros. Poco a poco va consumiendo la parte exterior del tronco y llega a deformarlo. Otros habitantes del bosque se percatan de la debilidad del tronco por la presencia del hongo yesquero, y aprovechan para instalarse o buscar alimento entre la madera. Es el caso del pico picapinos (http://www.educacionyentorno.es/blog/interpretacion-de-la-naturaleza/curiosidades-emboscadas-1-el-taller-de-pico) y otras pequeñas aves insectívoras como el trepador azul o el agateador.
Los troncos donde medra el hongo yesquero carecen de valor económico porque poco a poco extiende su red y da lugar a otros hongos que lentamente van debilitando más y más el tronco hasta que muere y llega a caer. No es el único que se desarrolla sobre los troncos, pero todos tienen una apariencia similar que varía según la madera.
El caso es que este hongo parece comestible, pero de un sabor agrio que reduce su interés gastronómico. Ahora bien, el hombre ha sabido encontrar un beneficio insospechado en su cuerpo áspero, duro y fibroso: su uso para encender fuego. De ahí el nombre que encabeza esta entrada. Al parecer, entre las cosas que portaba el famoso hombre de Ötzi hace más de 5.000 años —aquel cuya momia se encontró en los Alpes en 1991— había unos trozos de hongo yesquero, y se especula con la posibilidad de que los usara para hacer fuego.
En el vídeo que hay a continuación, aunque no es de buena calidad, se explica cómo hacer fuego con hongo yesquero y otras aplicaciones curiosas.