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La chinche asesina

Fauna

Hace más de un año tuvimos la oportunidad de conocer a una de esas pequeñas chinches que pueblan nuestros campos y jardines, la chinche del endrino. Allí ofrecía incluso un esquema de las diferentes partes de su cuerpo. Ahora tenemos ocasión de aprender más curiosidades sobre otra de las especies pertenecientes al mismo grupo, la chinche asesina (Rhynocoris cuspidatus Ribaut), otra de las llamadas chinches hediondas. 

La chinche asesina, un insecto de origen tropical, es más grande y alargada que sus parientes. Su nombre no le hace justicia, pues, aunque es cierto que se alimenta de otros insectos, no vamos poniendo ese apelativo tan macabro a todos los depredadores. Eso no le resta su punto de fiereza: como todas las chinches, posee unas piezas bucales perforadoras adaptadas para chupar jugos, en su caso, de otros insectos. Con este potente pico a modo de estilete, que mantiene habitualmente horizontal por debajo del cuerpo cuando no está en uso, perfora el cuerpo de sus presas, aunque sean más grandes que ella, y absorbe todos sus fluidos. En esta imagen podemos ver el pico recogido.

La chinche asesina vive en plantas de bajo porte en los bordes de los caminos, matorrales y campos de cultivo abandonados donde captura a sus presas. Es posible que tengamos dificultades para observar sus evoluciones, ya que la chinche tratará de esconderse dando vueltas alrededor de la planta, pero en ningún caso soltará a su presa. Y si cometemos la osadía de cogerla con los dedos, lo más probable es que recibamos una dolorosa picadura. Aquí la vemos abrazando a su desafortunada presa, en este caso otra chinche, la chinche mediterránea (Carpocoris mediterraneus).

Veamos ahora un detalle más de su labor depredadora. La chinche asesina ha dado la vuelta a su víctima y ha comenzado a succionar sus fluidos.

A pesar de todo, no debemos limitarnos a contemplar lo que nos rodea con un punto de vista estrictamente humano ni ver crueldad en estas imágenes, sino unas escenas de supervivencia. Podemos en cambio encontrar el lado positivo de esta fábula: la chinche asesina da cuenta de otras especies que sí son perjudiciales para nuestros cultivos, e incluso de las tan odiadas chinches de las camas, que tantas molestias han causado a lo largo de la historia. Se erige así en uno de los controladores naturales de insectos más eficaces.