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La chinche del endrino
Aquí tenemos una chinche hedionda, que debe su nombre, junto a otras de su familia, al olor particularmente acre y desagradable que producen algunas especies para advertir de algún peligro. También se las conoce como chinches escudo debido a la peculiar estructura que hay en el centro de su abdomen llamada scutellum (algo así como escudete). En esta especie, conocida como chinche del endrino (Dolycoris baccarum), el macho y la hembra se diferencian poco. Son características las bandas blancas y negras de sus antenas y los terguitos laterales. En invierno su cuerpo adquiere una monótona tonalidad marrón.
La chinche del endrino se alimenta de las flores de cualquier planta, pero especialmente de las rosáceas (zarzas, rosales, frambuesas…). En algunos sitios también se le conoce como chinche de la fresa y se considera como plaga por sus efectos sobre numerosos cultivos agrícolas. Cuando esta chinche ha perforado un fruto con su aparato bucal chupador, no es posible el consumo humano de ese fruto ya que la saliva del insecto ha dejado un sabor muy desagradable.
La vida fértil de un adulto tiene una duración media de 4 a 6 meses, generalmente entre abril y septiembre, durante los cuales la hembra realiza entre 5 y 7 puestas con 30 huevos cada una. Al cabo de 15 días, las larvas sufren varias mudas antes de convertirse en chinches adultas, y cuando esto sucede carecen de alas y de madurez sexual, que alcanzan en la primavera siguiente. En invierno los adultos hibernan en las grietas de las rocas, en las cortezas de los árboles, en las paredes o debajo de las piedras.
Datos del encuentro:
Fecha: 24 de mayo de 2014
Hora: 13,00
Lugar: Uña (junto a la laguna, en el camino del antiguo cuartel, sobre una hoja de beleño negro, Hyoscyamus niger)
Altitud: 1.120 metros
Hábitat: margen del camino, terreno poblado de hierbas y escombros.