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Resuenan las arboledas

Relación con la Naturaleza

No es la primera vez que me llama la atención, ni tampoco que lo reflejo en unas modestas líneas. Los auriculares están omnipresentes por todas partes, es común ver a personas caminando con auriculares, escuchando su música favorita, las noticias o el último podcast. Y no pretendo resaltar este fenómeno como crítica, allá cada cual. Pero sí me gustaría dejar una sencilla recomendación: si caes en la tentación de castigar tus oídos con unos auriculares, considera la posibilidad de desconectarte la próxima vez que te aventures en el campo, porque hay un sinfín de beneficios mentales, físicos y sociales cuando simplemente escuchas los sonidos del mundo natural. Tampoco es la primera vez que me refiero a esta pincelada que trata de mejorar nuestra relación con la naturaleza, ni será la última.

Primer argumento para defender el consejo: disminuirán tus cotas de estrés. Los investigadores han realizado estudios en los que hicieron a los participantes escuchar el silencio, la música de Mozart y los sonidos de la Naturaleza, mientras recogían datos de sus niveles de estrés, la frecuencia del pulso y la tensión muscular. Descubrieron que después de solo siete minutos de sonidos naturales, los participantes mostraron niveles de estrés más bajos junto con una sensible disminución de la tensión muscular y la frecuencia del pulso. Seguramente no te será difícil encontrar siete minutos al día para escuchar lo que te cuenta la Naturaleza.

 

En lugar de dedicar siete minutos al último éxito pop, considera la próxima vez escuchar el zumbido de cualquier insecto.

 

Otro estudio se llevó a cabo midiendo los síntomas de estrés después de hacer problemas aritméticos difíciles, y se encontraron resultados similares. Los participantes que escuchaban la naturaleza se calmaron con mayor rapidez que quienes escuchaban otros sonidos. Por eso, la próxima vez que te encuentres bloqueado por un problema difícil ve a dar un paseo en un entorno natural y deja que los sonidos te inunden, puede ayudarte a calmarte mental y físicamente.

En la misma línea, los científicos de la Escuela de Medicina de Brighton y Sussex midieron la actividad cerebral mientras los participantes escuchaban los sonidos de la naturaleza, y encontraron un aumento en la actividad cerebral asociada con la capacidad de atención. Según su estudio, recrearse con sonidos naturales afecta a los sistemas corporales que controlan los sistemas nerviosos autónomos, con efectos asociados en la actividad de reposo del cerebro. El suave rumor de un arroyo o el sonido del viento en los árboles pueden cambiar físicamente nuestra mente y nuestros sistemas corporales, ayudándonos a relajarnos.

 

 

Un estudio diferente encontró que el canto de los pájaros es el sonido más eficaz para reforzar la atención. Se ha descubierto que los sonidos de la naturaleza pueden ayudar a reducir el tiempo necesario para recuperarse de la “fatiga de la atención”, que se refiere al agotamiento mental que se produce cuando nos centramos en una tarea durante demasiado tiempo. Dicho de otro modo, los sonidos de la naturaleza te conectan con la vida silvestre. Aparte de los beneficios para la salud, también existe el beneficio incalculable de estar simplemente presentes en la naturaleza siendo conscientes de la diversidad de vida que se agita a nuestro alrededor. Cada día se emite una sutil música que se puede escuchar con el viento en los árboles, el murmullo de un arroyo o la melodía de un pájaro cantor. Hay algo mágico en estar allí y escuchar una sinfonía tan única, unos acordes que solo se componen en ese momento y en ese lugar. Tu lista de reproducción no se moverá de ahí, pero el mero hecho de dar un paseo por el bosque y escuchar te acercará a una colección de melodías que no podrías encontrar en ningún otro sitio.

 

Pocos te arrullan como este petirrojo.

 

Cuando en el siglo I antes de nuestra era Virgilio redactó sus celebradas Églogas, utilizaba la expresión “…bajo el sol ardiente resuenan las arboledas…”, refiriéndose al monótono estridular de las cigarras. Hay música en el bosque que te calma, refuerza tu atención y suena veinticuatro horas al día. No requiere suscripción, no agotará la batería del teléfono y se puede encontrar en casi cualquier lugar. Los Beatles cantaban All you need is love, “Todo lo que necesitas es amor”.  Pues déjame que cambie la frase para decir: todo lo que necesitas es escuchar.