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Las Torquillas de Pie Pajarón
Pie Pajarón es un monte de casi 4.000 hectáreas repartidas entre los términos municipales de Huélamo y Cuenca. Catalogado con los números 45 y 117 de los de utilidad pública, respectivamente, está flanqueado por la carretera de Tragacete, al Este, el río Júcar y el pantano de La Toba, al Sur, el monte Muela de la Madera, al Oeste, y El Maíllo y el monte Sierra de las Canales, al Norte. Entre la Muela de la Madera y Pie Pajarón, en dirección Norte-Sur, se extiende la Cañada Real de los Chorros o Cañada Real Conquense, que atraviesa las provincias de Cuenca y Ciudad Real para morir en la de Jaén. O para que nos entendamos mejor, esta es la vía que nos lleva desde La Toba a Tragacete pasando por el Refugio de la Alconera. La carretera que asciende a la Muela de la Madera conduce a Las Majadas. Allí, a pocos metros del punto en que la carretera y la cañada se separan, junto a la Fuente del Agüerillo, al pie de la Fuente del Pino, nace un camino que recorre el Vallejo de las Torquillas. En este punto se inicia la ruta que propongo esta vez.
Fuente del Agüerillo
Se trata de un recorrido fácil y no muy largo que tiene como destino Las Torquillas, unas formaciones muy comunes en nuestra Serranía, aunque estas son bastante desconocidas. Las torcas, bueno es recordarlo, son depresiones formadas por el hundimiento del terreno como consecuencia de la infiltración del agua en el subsuelo; el agua disuelve la roca caliza y provoca el colapso de la capa superior. Técnicamente estas formaciones reciben el nombre de dolinas. Todos conocemos las famosas Torcas de Los Palancares o las Lagunas de Cañada del Hoyo, que se formaron de esta manera. El hecho de que unas tengan agua y otras no se debe a que el colapso se haya producido al nivel de la capa freática o no. Si miramos la altitud de unas y otras, comprobaremos que las primeras se encuentran a unos 1.200 metros, mientras que las segundas están en torno a los 1.000 metros.
Las Torquillas, que andan por los 1.500 metros de altitud, se han ganado el diminutivo gracias a la colmatación del vaso por materiales de aluvión. Lo que nos encontramos, por tanto, son depresiones de ladera suave, de fácil acceso y cubiertas por pradera y pinar. En una zona donde la ganadería ha sido la actividad económica más importante durante generaciones, es fácil comprender que el recorrido esté plagado de restos relacionados con el paso del ganado. Y los topónimos lo inmortalizan: pasamos por el Pajar del Tío Pedro, el Majadal de las Torquillas o el Pajar de Florencio. Recordemos que un majadal es un lugar de pasto para el ganado, y que hacer majada es recoger el ganado para pasar la noche. Algunas de las torquillas aún guardan restos de estas majadas.
Recorremos un tramo del Camino a Huélamo, que llega hasta este pueblo desde el Refugio de la Mesta, junto al Arroyo de las Truchas. Y regresamos al camino de la cañada por el Pajar de Zenón, en el Quinto de los Asperones. Según del Diccionario de María Moliner, un quinto, entre sus diversas acepciones, es una porción de terreno que se reparte para ser explotado. Tal vez tenga relación con el término quinta, que hacía alusión a una finca rústica cuyo arrendador —el quintero— debía entregar la quinta parte de su producción al propietario. En La Mancha, por ejemplo, se da el nombre de quintería a las casas de campo o labor. Por su parte, el término asperón se refiere a la roca arenisca que se disgrega muy fácilmente y que se empleaba para fregar; también se utilizaba en construcción y especialmente en la fabricación de piedras de amolar.
¡Cuánto nos enseñan la Naturaleza y sus caminos!
Las Torquillas (Fuente: Iberpix, Instituto Geográfico Nacional)