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Hiedra
Arbustos y árboles utilizan una estrategia muy sencilla para aumentar el volumen de su anatomía y ganar rigidez: envuelven sus tejidos con una sustancia más o menos dura llamada lignina que viene a sustituir a la mayor parte del agua de la membrana celular. Dicho de otra forma, se dotan de madera. No olvidemos que la palabra madera procede del latín lignum. Este proceso se conoce como lignificación y las plantas con gran cantidad de lignina son leñosas. Otras funciones de la lignina, que constituye el 25% de la madera, es mantener unidas las fibras de celulosa de los tejidos, además de proporcionar protección a la planta contra el ataque de microorganismos que ataquen y destruyan la pared celular.
El caso de la hiedra (Hedera helix L.) es particular. El crecimiento de esta planta se produce gracias a raíces trepadoras capaces de escalar muros, alambradas o el tronco o las copas de otras plantas leñosas. Si el árbol huésped es de hoja caduca, en invierno no tiene otro verdor que el que le proporciona la hiedra.
¿La hiedra se disfraza de árbol o el árbol se viste de hiedra?
Esas raíces, llamadas adventicias, brotan en la cara inferior de los tallos y son tan finas que pueden agarrarse a cualquier tipo de rugosidad y extraer además el alimento, por escaso que sea.
Raíces adventicias
Sin embargo, a pesar de su consistencia leñosa y de la considerable altura que alcanza, la hiedra posee un sistema de lignificación débil que le impide soportar su propio peso, lo que provoca su caída en el supuesto de que su soporte se venga abajo. Sin embargo, se conocen ejemplares de más de 400 años con un tronco de casi un metro.
El abrazo de la hiedra.
La hiedra es uno de los atributos de Baco, dios del vino y de las fuerzas regeneradoras de la naturaleza. Su gran longevidad hizo que en la antigüedad fuera considerada como símbolo de la inmortalidad. Seguramente habrás visto a Baco representado con una corona de hiedra, aunque tal vez sea más frecuente verlo con hojas de parra. Una hoja de hiedra pintada en algunas tabernas era señal de que allí se servía un buen vino. Y es que, al parecer, el zumo de sus bayas perturba tanto como el vino, por lo que los sacerdotes de Baco se coronaban con hiedra.
Baco enfermo (Caravaggio, Galería Borghese, Roma)
Los romanos ya utilizaban el nombre de Hedera para referirse a esta planta, y algunos piensan que deriva de la palabra latina haerere, estar adherido. También puede venir del griego hedra, asiento, porque la planta se agarra firmemente al soporte.
En el lenguaje de las flores la hiedra significa “amistad”; un ramo de hiedra, acompañada de jacintos y madreselva representa el gusto por la amistad. Aunque, según Rivera y Obón, debería ser “amistad interesada y peligrosa”, ya que la hiedra acaba destruyendo al árbol sobre el que trepa. Se dice que soñar con un muro cubierto de hiedra es presagio de larga vida.
Flores de hiedra
Planta asociada al solsticio de invierno por los antiguos druidas, la hiedra se utilizaba, muchas veces relacionada con el acebo, para encantamientos de amor y fidelidad. Tal vez por ello se coronaban a los recién casados de la antigua Grecia con ramas de hiedra. Se creía que el lugar en el que crecía o se sembraba hiedra quedaría protegido contra las fuerzas negativas y los desastres.
Otro detalle curioso: las hojas, de color verde oscuro y brillantes en la variedad más común, se mantienen todo el año y son distintas entre sí. Las de las ramas estériles tienen 3-5 lóbulos triangulares puntiagudos y están destinadas a prolongarse y trepar, mientras que las de las ramas floríferas son enteras, ovales o romboidales y puntiagudas.
Aquí observamos la diferente morfología de las hojas fértiles y las estériles.
Las pequeñas flores verdosas se disponen en lo que los especialistas llaman umbela, una especie de paraguas con numerosos radios, dando lugar a unas bayas oscuras y tóxicas del tamaño de un guisante. La ingestión de estas bayas puede resultar mortal para los niños, mientras que en los adultos actúan como purgante, provocando vómitos, diarreas, respiración acelerada, excitación, convulsiones e incluso estado de coma.
Bayas de hiedra
No son demasiado apreciadas por las aves, salvo si se trata de buscar refugio. Cocida se puede utilizar para curar las llagas externas. La decocción de las hojas sirve para aliviar dolores reumáticos o neurálgicos (aplicada en compresas) y se utiliza como antipiojos, así como para el tratamiento de la celulitis y para eliminar las manchas solares en la piel.
La hiedra o yedra es muy común no sólo en parques y jardines, donde se cultiva para formar tapetes o recubrir paredes, sino también en los bosques, donde crece en estado espontáneo, bien trepando sobre los troncos de los árboles, bien rastreando por tierra, en cuyo caso constituye un eficaz protector del suelo, ya que impide la erosión.