Blog
La magia de las plantas (y II)
En el artículo anterior nos preguntábamos cuáles eran las plantas que debían recogerse en la mágica noche de San Juan. Según la tradición del norte de España, estas siete plantas con especial relevancia en la noche de San Juan son salvia, milenrama, crisantemo de los prados, hiedra terrestre, rusco, artemisa e hipérico.
La salvia (Salvia officinalis L.), con propiedades antiinflamatorias, balsámicas y antisépticas, resulta muy útil para tratar los resfriados y la bronquitis. Además, reduce el nivel de glucosa en la sangre. El término salvia proviene de la palabra latina “salvare”, que significa “curar”, pues es la planta de la longevidad por antonomasia. Se cuenta que existen ejemplares de esta planta que se vinculan a una determinada persona, floreciendo o marchitándose según la suerte de ésta. En la antigüedad se utilizaban las especies de salvia puesto que servía para curar más de sesenta diversas dolencias que van de dolores a la epilepsia, y para tratar principalmente resfriados, bronquitis, tuberculosis, hemorragias, etc. Según la leyenda, entre sus propiedades figuran proporcionar salud y sabiduría y proteger contra el mal de ojo.
Salvia (Salvia officinalis L.)
Los pequeños racimos de diminutas flores blancas o rosadas de milenrama (Achillea millefolium L.) se agitan alegremente. También llamada aquilea por el héroe griego Aquiles, que curó con ella las heridas de Télefo, rey de Misias, es cicatrizante y comestible en ensaladas cuando está tierna. Es usada por las brujas, quienes preparan infusiones de esta planta para potenciar sus poderes adivinatorios. Preparada en infusión, esta planta sirve para lavar heridas y úlceras, y como cataplasma alivia las inflamaciones por su efecto astringente. En la Antigüedad se creía que un ramo de milenrama colgado del lecho conyugal o sobre los futuros esposos durante la ceremonia matrimonial aseguraba el amor durante al menos siete años.
Milenrama (Achillea millefolium L.)
Los coloridos ramos de pétalos comestibles conocidos como crisantemos de los prados (Leucanthemun maximum L.), a menudo utilizados para aromatizar postres, simbolizan el Sol, la perfección y la inmortalidad y son empleados para aliviar las molestias propias de la menstruación. Es la margarita de toda la vida.
Crisantemo de los prados
Fuente: http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/
La hiedra terrestre o hierba de San Juan (Glechoma hederacea L.), de hojas de color verde oscuro, es una planta rastrera natural de zonas templadas, que crece en lugares umbríos y húmedos. Tiene efecto antitusivo y expectorante, y en infusión sirve para aliviar dolores reumáticos. En la Antigüedad era empleada para realizar sortilegios de amor y fidelidad, para protegerse contra la negatividad y para invocar a los espíritus de la Naturaleza.
Hiedra terrestre
Fuente: http://plantamedicinales.net
El rusco (Ruscus aculeatus L.), es un pequeño arbusto que se caracteriza porque ha sustituido las hojas por ramas aplanadas que parecen hojas (cladodios), las auténticas hojas son pequeñas escamas muy poco aparentes. Tiene propiedades diuréticas y suele tomarse en infusión. Sus flores, combinadas con limón, combaten los cálculos biliares. También reduce la fiebre. Antiguamente se colocaba en las puertas de las casas como protección contra las energías negativas.
Rusco (Ruscus aculeatus L.)
La artemisa o altamisa (Artemisia vulgaris L.) es otra hierba con propiedades digestivas y sedantes. Debe su nombre a Artemisia II, experta en botánica y en medicina, hermana y mujer de Mausolo, rey de la Caria, 353-352 a. C., que reinó después de la muerte del soberano. En su homenaje se erigió un mausoleo, una de las siete maravillas del mundo. Dioscórides la cita como remedio contra los gusanos intestinales. Las mujeres de la antigua Grecia recurrían a ella para neutralizar las molestias menstruales y se creía que tenía propiedades abortivas, por lo que no es recomendable su uso en mujeres embarazadas. Su faceta mágica está ligada a los viajes seguros y felices. Con ella se fabricaban flechas que eran lanzadas hacia los cuatro puntos cardinales como sortilegio frente a los malos espíritus. Los soldados romanos se lo ponían dentro de sus sandalias para proteger sus pies de la fatiga. La altamisa tiene un olor aromático. La gente pobre la usaba, a veces mezclado con otras hierbas, como sustituto de tabaco. Se lo ha fumado mezclado o substituyendo a la marihuana, porque genera sueños evocativos en estado de conciencia.
Artemisa
Foto: Christian Fischer (www.wikimedia.commons.org)
Pero de entre todas las hierbas recolectadas justo antes de la madrugada del día 25 de junio la más conocida es la hierba de San Juan o hipérico (Hypericum perforatum L.), que, según una curiosa leyenda, nació de las gotas de sangre derramada al ser decapitado San Juan Bautista. Si miramos una hoja de esta planta a contraluz veremos que está cubierta de pequeñas glándulas translúcidas dando la imagen de que la hoja está "perforada". Con ella se alivia la depresión y, según los tratados de magia, protege contra los malos espíritus. El nombre hipérico deriva del griego hyperikon ("sobre las imágenes" o "por encima de una aparición"). Para algunos, el nombre hace referencia a la propiedad que se le atribuía de hacer huir a los malos espíritus y las apariciones; solían colgarse flores de esta planta sobre las imágenes religiosas el día de San Juan. Para otros, las glándulas de sus pétalos parecen formar imágenes (a este hecho se le dio mucha importancia en la Edad Media, ya que era utilizado en los exorcismos por sus virtudes cabalísticas).
¿Y por qué siete? El siete es un número muy importante para el ocultismo de varias culturas antiguas, especialmente en la mesopotámica, en la egipcia, en la judía y en la musulmana. Siete son los días que, según la Biblia, Dios tardó en crear el mundo, las ciudades sagradas de la India, los principales centros energéticos de nuestro cuerpo (chakras) y los principios que rigen el Universo según la doctrina hermética.
La recogida de siete plantas se repite con distinta composición en otros rituales, como el de fin de año, que aúna la limonaria, la albahaca, la hierbabuena, la menta, la ruda, la manzanilla y el laurel para atraer la fortuna. También en la magia amorosa se emplean siete hierbas: laurel, jazmín, romero, tomillo, orégano, hierbabuena y canela, sin olvidar el influjo de la Luna mientras se visualiza el ser amado. Los conjuros se suceden en la mágica noche de San Juan, y tras la recolección, las plantas deben ser secadas y guardadas en frascos herméticos para poder ser usadas a lo largo de todo el año.