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Difundiendo la vida en la oscuridad

Ciencia

 

Los últimos rayos del sol han parpadeado por debajo del horizonte. Altair, Deneb y Vega, una tríada de joyas, brillan en el cielo oscuro. Una pequeña pata roza un estambre de una flor. Las motas doradas con poder generador de vida se adhieren a sus delicados pelos. Atraído por el néctar, un insecto aletea llevando los granos de polen a través de la oscuridad. Un encuentro se produce en otra flor, esta vez con la estructura femenina, el estigma. Esta transferencia nocturna propagará una especie. Muchos conocen los servicios esenciales de polinización que brindan nuestras abejas. ¿Y quién no ha admirado a los polinizadores más glamurosos, las mariposas? Pero cuando se trata de este proceso tan importante, ¿quién se hace cargo del turno de noche?

Se han realizado pocas investigaciones sobre la polinización después del anochecer, sin embargo, la mayoría de los naturalistas y biólogos están de acuerdo en que ocurre, y saben que las plantas producen durante la noche alrededor de un tercio de las bayas maduras que generan durante todo el día. Es decir, que el 33% de toda la polinización ocurre después de la puesta del sol.

Las polillas, primas de las mariposas, emergen como las estrellas debajo de las estrellas. Hay alrededor de 160.000 variedades de polillas en el mundo, y la mayoría de ellas son nocturnas. Para hacernos una idea, en Europa solo hay unas 325 especies de mariposas diurnas (1). En España tenemos unas 230 especies de mariposas diurnas y más de 4.200 de nocturnas o polillas. Las polillas son un grupo extremadamente diverso de insectos en tamaño, forma, color y hábitos. Resulta que estas pequeñas polillas hacen la mayor parte del trabajo y superan muchas veces a las mariposas. Sin duda son polinizadores más importantes que las mariposas porque hay más.

 

Esfinge colibrí (Macroglossum stellatarum), una mariposa nocturna que vuela durante el día

 

Las polillas transportan polen de muchas de las mismas especies de plantas que las abejas y las mariposas, pero parecen complementar el trabajo de estas y pueden llevar el polen a grandes distancias ya que no tienen los mismos lazos con una parte particular del paisaje. Por supuesto, las plantas han debido descubrir esto por sí mismas hace mucho tiempo, y algunas florecen después del anochecer específicamente para atraer a las polillas. Es el caso del dondiego de noche, la trompeta de ángel, el galán de noche, la flor de luna o el nenúfar.

Algunas plantas exhiben sus flores día y noche, la mayoría de colores claros, pero su fragancia se vuelve más fuerte después del anochecer para atraer a las polillas. Se halla muy extendida entre nosotros la idea de que las mariposas diurnas poseen colores brillantes, mientras que las nocturnas tienen colores apagados, pero esto se viene abajo observando estas imágenes:

 

Pyrgus serratulae, una pequeña mariposa diurna de color pardo, moteada, con el borde ajedrezado, que da vuelos cortos y directos de flor en flor.

 

Euplagia quadripunctaria, conocida como calimorfa o mariposa tigre, una polilla que vuela de día y de noche, y cuyos colores elegantes le dan aspecto atigrado.

 

Hay, sin embargo, varias maneras de distinguir las mariposas diurnas de las nocturnas. Las primeras tienen antenas nudosas o con forma de clavo, y las de las segundas son variadas, a manudo plumosas, pero nunca claviformes. Aquí se pueden conocer otras. Sean diurnas o nocturnas, todas son importantes para la biodiversidad a través de la polinización y no representan amenaza alguna. Es posible que las polillas entren en casa atraídas por la luz. Como insectos de hábitos nocturnos, se desplazan con la ayuda de la luna y las estrellas, pero las luces de pueblos y ciudades llegan a desorientarlas. Si no fuera por eso, probablemente estarían fuera polinizando. Pasan toda la noche con estas luces en lugar de visitar flores. Sin saberlo, les estamos despojando de la noche. Las criaturas nocturnas están confundidas, distraídas y desorientadas a medida que las noches se vuelven cada vez más brillantes bajo la iluminación artificial. Más que una simple pérdida para los astrónomos y poetas, el borrado del cielo nocturno afecta los procesos naturales desde las migraciones de aves hasta la polinización nocturna.

 

 

Aquí hay algunas cosas que todos podemos hacer para ayudar a minimizar los efectos de la contaminación lumínica:

  • No dejar las luces del porche y del patio encendidas toda la noche, sino usarlas solo cuando sea necesario.
  • Iluminar solo las áreas con una necesidad real de luz, evitando la iluminación decorativa o paisajística.
  • Elegir luces que no sean más brillantes de lo necesario e intentar evitar las que tengan emisiones azules.
  • Cuando se usan luces, emplear accesorios totalmente protegidos que dirijan toda la luz hacia abajo donde sea realmente útil. La luz dispersa en otras direcciones desperdicia energía y crea deslumbramiento, lo que hace que sea más difícil de ver.
  • Emplear luces de detección de movimiento sobre las constantes allí donde la seguridad es una preocupación.
  • Instar a amigos y vecinos a hacer lo mismo, y todos también ahorrarán costes de energía.
  • Con un poco de iluminación, podemos facilitar que nuestros polinizadores nocturnos hagan su indispensable trabajo.

Las polillas son completamente inofensivas. Tal vez su problema es la imagen que tenemos de las polillas de la ropa, que nada tienen que ver con las polinizadoras. Una vez más, su mejor aliada es la mejor información que tengamos y nuestra voluntad de facilitarles el trabajo.

 

(1) Chinery, M. (2010). Guía de campo de los insectos de España y Europa. Omega, Barcelona.