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Juntar por medio de la luz (y 2)

Ciencia

Ahora bien, volvamos a la cuestión planteada en la anterior entrada: ¿Cómo es posible que no se agote el oxígeno si solo devolvemos a la atmósfera una parte de los que tomamos? Hagamos un sencillo experimento. Coloquemos una vela encendida cubierta por un recipiente transparente y herméticamente cerrado. Todos sabemos que la vela se apagará en el momento en que la llama consuma el oxígeno que necesita para su combustión. Coloquemos ahora junto a la vela encendida una pequeña maceta con una planta. ¿Qué ocurre? ¡Eso es! La vela no se apaga porque el aire del interior tiene oxígeno, al menos mientras hay luz solar. Conclusión: es la planta la que está generando oxígeno y lo hace durante el día, nunca de noche.

La producción de sustancias complejas a partir de sustancias simples es conocida como síntesis. La fabricación de alimento y oxígeno es, por tanto, una síntesis. Y como la luz del sol es esencial para que funcione este proceso, al fenómeno se le llama fotosíntesis, juntar por medio de la luz. Este proceso, que todos conocemos desde nuestros años de escuela, no se descubrió hasta el siglo XVIII.

Aliaria o hierba del ajo (Aliaria petiolata (M.Bieb.) Cavara & Grande)

 

En esencia, durante la fotosíntesis las plantas toman CO2 del aire, que se alía con el agua para convertirse en alimento para las plantas. ¿Qué ha pasado para que este milagro se haya hecho realidad? Sencillamente, las hojas han absorbido luz solar. La misión de la luz consiste básicamente en romper las moléculas de agua, de forma que el hidrógeno se combina con el dióxido de carbono para dar lugar al alimento (glucosa) y el oxígeno se libera a la atmósfera.

Así pues, los procesos de fabricación de alimento y oxígeno están indisolublemente unidos. Estos elementos suponen el 95% de la materia prima. Pero recordemos que también hacía falta un suelo fértil, suelo que aporta el 5% restante en forma de nitrógeno, azufre, fósforo, calcio, magnesio, hierro, sodio y potasio, entre otros.

La fotosíntesis se puede resumir en esta sencilla ecuación:

CO2 + agua + energía = alimento + oxígeno

Por otra parte, la combinación de alimento con oxígeno, que en química recibe el nombre de oxidación, y si se produce en el interior de nuestro cuerpo se llama respiración, da como resultado dióxido de carbono y agua, produciendo calor en el camino. En este caso, la ecuación sería la siguiente:

alimento + oxígeno = CO2 + agua + energía

Si ahora combinamos ambas ecuaciones, obtenemos lo siguiente:

Acabamos de cerrar el ciclo, que los científicos han dado en llamar ciclo del carbono, y que encierra el gran misterio que hace posible que la vida continúe indefinidamente.