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Verrugas de tilo
Hace poco me enviaron una imagen similar a la que encabeza esta entrada y la curiosidad inició todos los mecanismos necesarios para averiguar su significado. Se trata de agallas muy características en forma de prolongaciones cónicas sobre el haz de la hoja, como dedo de guante, de coloración verdosa, amarillenta o rojiza, de 0,3 a 0,8 mm de largo. Estas agallas son producidas a finales de la primavera y durante el verano por un ácaro eriófido, Eriophyes tiliae, más difícil de ver que las propias agallas. Se suelen presentar sobre hojas de tilo común (Tilia platyphyllos) y tilo de hoja pequeña (T. cordata). Si se observa el envés de las hojas puede verse una profunda invaginación cuyo orificio de entrada y su interior están revestidos de abundantes pelos unicelulares cilíndricos terminados en una fina punta; son inofensivas para el árbol y no se tratan.
He aquí la "bestia" que provoca esas agallas. Fuente: http://whyevolutionistrue.wordpress.com).
Estos ácaros productores de agallas tienen menos de 0,2 mm de largo y después de haber pasado el invierno en las grietas de la corteza o alrededor de los brotes, liberan unos productos químicos que reaccionan con la savia generando estas curiosas formaciones. Antes del otoño, los ácaros, que hasta ahora se han estado alimentando y creciendo activamente dentro de las agallas, salen de estas celdas y buscan sitios protegidos en el tilo, donde nuevamente pasarán el invierno y se repetirá el ciclo.
Hay otros ácaros formadores de agallas de aspecto similar, pero Eriophyes tiliae es exclusivo del tilo. Se conocen tres subespecies de esta: tiliae, lisosoma y nervalis. La mayoría de los ácaros fitófagos de la familia Eriophyidae crean diferentes distorsiones sobre las hojas de los árboles de hoja ancha, arbustos y hierbas por la succión de los tejidos foliares. La aparición y distribución de Eriophyes se debe a determinados factores ecológicos. Los más importantes son el clima, el aporte de alimento y los efectos antropogénicos (contaminación atmosférica). Otras causas podrían ser la altitud, la edad y las condiciones de salud del árbol afectado.
De estos diminutos ácaros se han encontrado especimenes en ámbar (resina fosilizada) de hace 230 millones de años. La mayoría de los ácaros se alimentan de las angiospermas —plantas con flor que ahora se conocen como magnoliofitas—, produciendo agallas, mientras que solo un 5% de nutren de gimnospermas —ahora pinofitas—. Estos se consideran ancestros, pues las gimnospermas son anteriores a las angiospermas en el registro fósil, que datan de hace unos 100 millones de años. Cosas de la evolución.