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Curiosidades emboscadas (1): el taller de pico
En nuestros paseos por el bosque descubrimos con frecuencia unas piñas sujetas estratégicamente en las grietas de los árboles. Tal vez nos preguntemos quién habrá tenido la ocurrencia de colocar las piñas de esta forma y con qué objeto. La respuesta la encontramos en unas de las aves más inquietas y huidizas de nuestro entorno, el pico picapinos (Dendrocopos major). Este pico tamborilea sobre los troncos de los árboles en busca de larvas e insectos, aunque también tienen un componente vegetal en su dieta, las semillas que extrae de los conos y otros frutos, especialmente en invierno. Para ello inserta el cono en una grieta del árbol, siempre con la punta hacia arriba, de modo que quede bien asegurado, ya que luego picará sobre él cortando y retorciendo las escamas e introducirá su larga y pegajosa lengua para alcanzar las semillas.
Cuando ha terminado por un lado, afloja el cono y le da la vuelta. Las escamas quedan prácticamente destrozadas en la punta, mientras que la parte inferior queda más o menos intacta. Esto es lo que se llama taller o yunque de picapinos, donde el trabajo ha durado apenas unos cuatro minutos, pero han hecho falta unos 800 golpes certeros.
El cono quedará olvidado en la grieta del árbol. A menudo el pico elige grietas naturales del árbol, pero también la horquilla formada por dos ramas —como vemos en la siguiente imagen—, la cicatriz producida por un rayo o la estría practicada en las labores de resinación.
Con el paso del tiempo el árbol continúa generando madera para proteger esas zonas sensibles a la entrada de xilófagos o bacterias y hongos que le pueden provocar enfermedades, llegando a cubrir los conos que el pico colocó hace años si es que aún no han caído al suelo. Es como si el árbol se tragara los conos haciéndolos desaparecer en su interior.
Otro pájaro carpintero, el pito real (Picus viridis) busca con fruición larvas e insectos xilófagos —comedores de madera— que son su principal fuente de alimento y se ocultan en la corteza de los árboles, aunque también se alimenta de otros insectos (lepidópteros, dípteros, coleópteros, himenópteros, etc). Para ello golpea repetidamente los troncos practicando numerosos agujeros, especialmente allí donde la madera es más sensible por estar apolillada o podrida. Estos agujeros son más numerosos por ello en troncos de árboles muertos.
El pito real repiquetea incansable mientras no haya nada que lo moleste. El más leve ruido puede hacerlo huir emitiendo su peculiar voz parecida a un relincho de caballo, por lo que se conoce a esta ave como “pájaro relincho”. Pincha en la imagen para escuchar el sonido que emite:
Los pájaros carpinteros no son los únicos que practican este tipo de talleres o comederos, pero esto habrá que abordarlo en otro momento.