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Blog

Difícil de soportar

Literatura de naturaleza

 

No solemos plantearnos qué deberíamos entender por “naturaleza”, “lo silvestre”, “lo salvaje”. Natura es una voz latina de la que nace “naturaleza”, pero no es término que lengua humana alguna haya perdido. La palabra “naturaleza” es bonita por lo que significa, pero ¿por qué no seguir los pasos de Joaquín Araújo en el uso de natura? Naturaleza es donde vive la vida, es la vida. Habrá pocos conceptos dotados de los cuatro elementos fundamentales —agua, aire, fuego y tierra— conviviendo en perfecta ponderación, y cuya perpetua conexión genere todos los cambios posibles. Continuo alumbramiento de partos y encuentros. Diversidad de maneras de observar, contemplar, percibir. Y pocas especies poseen la capacidad de quebrar ese equilibrio, por lo que vemos, cada vez más precario. Salvo la nuestra. El ser humano degrada las bellezas naturales por su falta de conexión con la tierra que habita.

Salvaje. Especial atención dedica el diccionario de la lengua a este adjetivo:

1. Dicho de una planta, que ha crecido sin ser cultivada. Hiedra salvaje.

2. Dicho de un animal, no domesticado.

3. Dicho de un animal, feroz.

4. Dicho de un terreno, montañoso, áspero y no cultivado.

5. Primitivo o no civilizado. Aplícase a personas.

6. Falto de educación o ajeno a las normas sociales.

7. Coloquialmente, cruel o inhumano. Le impusieron un castigo salvaje.

8. Coloquialmente, dicho de una actitud o de una situación, que no está controlada o dominada.

 

 

En cierto sentido, lo salvaje nos traslada mentalmente a lo remoto y desconocido, no necesariamente rudo, inculto o escabroso. Lo salvaje habita allí donde tienen lugar las relaciones de equidad, igual da un bosque o un desierto, una montaña o un valle, un río o una banquisa de hielo. Salvaje es biodiverso, cuesta entenderlo. Nuestra especie se formó como tal en plena naturaleza salvaje, era su hogar, donde vivía de acuerdo con las leyes de lo libre y espontáneo, y el hombre no era más salvaje de lo que es ahora (véase la 5ª acepción). Pero en algún momento se salió del camino que nos marcó Natura, desdeñó sus normas, poco a poco los sentidos que le sirvieron para estrechar sus vínculos con el entorno se fueron atrofiando, perdió el conocimiento adquirido de la conducta animal o las propiedades de las plantas. La naturaleza ha ofrecido todos los desafíos imaginables para los cinco sentidos humanos, y para más, si ello hubiera sido posible, pero el hombre no ha estado a la altura. Mucho me temo que tampoco ahora lo estamos, a pesar de las voces que hablan de una mayor sensibilización hacia la naturaleza. Parte de esta sabiduría se ha conservado entre las gentes del medio rural. ¿Qué pasará en un futuro no muy lejano en que la mayor parte de la población será —ya lo es— urbana?

 

 

De las acepciones recogidas en el diccionario, solo las cuatro primeras son aplicables a la naturaleza, algo no domesticado, enaltecido, cuidado, a pesar de su aspereza y tosquedad. Las otras cuatro son claramente patrimonio de la humanidad. El concepto “salvaje” tiene un componente positivo por lo que supone realzar unas cualidades de integridad, pulcritud, respeto de todo aquello que envuelve a la vida. Pero también un componente negativo: descontrol, inhumanidad, incivilidad. Dice Thoreau “dadme una naturaleza salvaje que ninguna civilización pueda soportar”. Ignoro si en algún momento acabará Natura por no soportar a una especie tan ingrata.