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Acercar la Naturaleza

Relación con la Naturaleza

Cuando nos empeñamos en llamar hogar a una ciudad bulliciosa, a menudo puede ser complicado conectarse con la naturaleza. Incluso si la ciudad es pequeña, la naturaleza pura y no adulterada puede ser difícil de conseguir. Sin embargo, no debemos perder la esperanza: hay muchas maneras de acercar la naturaleza hasta tu entorno más próximo. Afortunadamente, existen parques urbanos que, con su abundancia de árboles, praderas, arbustos y flores, te pueden hacer sentir muy cerca de la naturaleza.

 

Parece comprobado que algo tan aparentemente sencillo como ver el dosel de árboles desde la ventana de casa puede ayudar significativamente a combatir el estrés y recuperar la deseada placidez. Siempre hay espacios verdes cerca esperando para proporcionarnos esa serenidad tan necesaria. Pero no dejemos, por ejemplo, de leer libros relacionados con la naturaleza. No es mala estrategia para estrechar relaciones. De acuerdo, claro, no es exactamente lo mismo, pero nunca debemos subestimar el poder de las imágenes para viajar mucho más allá de los confines de un triste dormitorio. Si leer en un bosque no es factible —actividad muy recomendable, por cierto—, al menos podemos leer sobre un bosque. A través de esta ventana de divulgación hemos tenido ocasión de aconsejar y comentar algunos títulos. Si te interesa, si lo que estás buscando es una escapada mental perfecta, no dudes en consultar esta relación. Entiendo que no es un inventario completo, pero no está mal para empezar. Seguro que encontrarás una historia que te ayudará a recrear la aventura al aire libre que anhelas.

 

Una de las mejores formas de conectarse con la naturaleza es conocerla de cerca y de forma personal: ensuciarse las manos y cultivar tus propios alimentos y flores. Los patios traseros no son exactamente convencionales, sin embargo, cuando se trata de viviendas urbanas, la jardinería tradicional puede resultar algo difícil para urbanitas con espacio limitado. No obstante, con un poco de creatividad y determinación, todo es posible. Incluso si se considera una insignificancia, cultivar hierbas y flores en macetas en el balcón o el alféizar de la ventana es una hazaña fácilmente alcanzable. Para comenzar, un geranio, un cactus, una alegría, un áloe, unos crisantemos, un ficus y tantas otras harán las delicias de nuestro jardín interior.

Por su capacidad de conservar la vida, un jardín interior también tiene el efecto secundario de impresionar a quienes nos vistan.

 

Nos queda algo a lo que, por desgracia, aún no estamos habituados. Si no podemos acceder al aire libre, siempre podemos utilizar el aire libre. Gracias a multitud de aplicaciones que ofrecen docenas de listas de reproducción de la naturaleza, nunca fue tan fácil acceder a los sonidos de la naturaleza, un placer tan escaso como poco valorado. Cuando nuestro hogar urbano finalmente se llene de plantas formando un precioso jardín interior, cuando sepamos rodearnos de montones de libros sobre temas de naturaleza, la banda sonora del medio ambiente, con dulces llamadas de los pájaros como el fondo o el suave rumor de un arroyo, es justo lo que necesitamos para completar el escenario.

Y si tenemos la suerte de contar con un espacio verde en nuestro hogar o barrio —un jardín, un parque—, hay formas de lograr que la vida silvestre se mueva. Pero esto habrá que contarlo otro día.