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Blog

Personas árbol

Relación con la Naturaleza

Se la ve sonriente en el seno de un gran árbol añoso. Su cara es la de una persona feliz, bondadosa, tranquila; una persona que ha sabido encontrar el sosiego que proporciona el contacto con el bosque. Me la imagino haciéndose acompañar por los árboles, hablándoles, escuchándoles. La calma que transmite esa imagen se refleja en sus libros, repletos de mensajes de compromiso con el mundo y la mujer, que es el centro de atención de algunos de ellos; son mensajes que trazan las líneas básicas para cambiar este mundo.

La psiquiatra Jean Shinoda Bolen expone en la primera página de Sabia como un árbol una idea que dificulta una lectura continuada porque el lector se ve obligado ya a reflexionar. La doctora Bolen habla del concepto de personas árbol, y dice que son aquellas que tienen un sentimiento vivo hacia cada árbol individual, y respeto y empatía hacia los árboles como especie. Una persona árbol puede relatar multitud de encuentros con la Naturaleza y no menos ocasiones en las que termina refugiándose entre los árboles para sanar los males que aquejan a su maltrecha mente. Dice la buena mujer que hay una abismal diferencia entre una persona árbol y una persona no árbol, y pone estos ejemplos que reproduzco para poner a prueba la agilidad mental del lector:

  • Joyce Kilmer: “No creo que llegue a ver jamás un poema tan bello como un árbol”.
  • Ronald Reagan: “Cuando ves un árbol, los has visto todos”.

Pista para los menos avezados: la celebridad de las personas no es directamente proporcional a su inteligencia.

Una persona árbol sabe ver la belleza de un árbol, pero también de un arbusto y de la más pequeña hierba, y no se cansa de mirarlos, y coge su cámara y los fotografía. Una persona árbol siente admiración por los árboles y tratará de averiguar más cosas sobre ellos, aunque sus conocimientos botánicos no dejarán nunca de ser limitados. Una persona árbol reconoce la relación de reciprocidad —acaso de hermandad— con los árboles: estos proporcionan oxígeno y aquella dióxido de carbono, de forma que se nutren mutuamente. Una persona árbol siente una honda preocupación por los graves problemas que dañan a los bosques: deforestación, calentamiento global, incendios forestales…, y de ahí nace un sentimiento de empatía hacia ellos.

Dicho esto, me congratula descubrir que muy probablemente soy una persona árbol, y que escribir sobre la Naturaleza es una forma de mostrar sus muchos encantos, unos encantos que perdurarán en el tiempo tanto más cuantas más personas árbol seamos.