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Vida en el suelo
“El suelo es prácticamente un organismo vivo. No es solo un puñado de tierra con bichos. Es una masa de materia orgánica, materia viva en una matriz orgánica. Es dinámico, está lleno de vida. Y no produce nada para los seres humanos si no se mantiene vivo.”
Edgard O. Wilson, ecólogo
Seguimos en torno a la diversidad de la vida y lo venimos viendo en las últimas entradas. Según Edgard O. Wilson, catedrático emérito de la Universidad de Harvard, probablemente el mejor conocedor de la biodiversidad, podemos encontrar más información sobre la vida en una cucharada de suelo fértil del bosque que en la Enciclopedia Británica.
Cicindela maroccana
Nuestro devenir vital es tan rápido que a duras penas somos conscientes de la cantidad de vida existente bajo nuestros pies. Vida a pequeña escala, a veces invisible, pero no por ello despreciable, vida con la que nos cruzamos sin darnos cuenta y con la que compartimos la ciudad, el jardín, el campo, vida que forma parte de nuestra vida. Con frecuencia, esa vida se desarrolla oculta bajo la hojarasca o en los primeros centímetros del suelo. Saber esto es importante porque cada vez que damos una patada a una piedra o levantamos con desdén las hojas caídas o excavamos con indolencia el suelo, muy probablemente estamos alterando el hábitat de multitud de pequeños seres vivos, un hábitat que ha tardado cientos de años en formarse y que puede perderse por un gesto despreocupado.
Escolopendra
La hojarasca que año tras año se acumula en el bosque proporciona alimento, refugio y material de construcción a pequeños ratones, pájaros, reptiles y toda clase de invertebrados, una extraordinaria y diversa comunidad de criaturas vivas. También protege y alimenta el suelo, permite que la lluvia caiga mansamente y se filtre, y resguarda a las semillas Se ha calculado que una hectárea de bosque templado puede producir cada año entre 1.500 y 5.000 kilos de hojas, ramillas y otros desechos. Aquí encontramos lombrices, caracoles y miriápodos que se alimentan de estos restos y los convierten en pedacitos más pequeños, de los cuales se aprovecharán después bacterias, protozoos, algas y hongos para medrar. Se cree que entre un 80 y un 90% de la descomposición de materia muerta de plantas y animales se lleva a cabo por bacterias y hongos. Si no fuera por unos y otros, por su valiosa tarea de reciclado de nutrientes, el bosque se vería pronto cubierto por desechos. El suelo no sería fértil y las plantas no podrían crecer.
A la vez, ellos mismos son alimento para otros. Una miríada de insectos, lagartijas y otros reptiles, arañas, escorpiones, aves y mamíferos de varios tamaños —desde la musaraña al jabalí— dependen de que la cadena alimentaria esté perfectamente engranada. Todos ellos forman parte del ecosistema bosque, y cada uno debe desempeñar eficazmente su papel. Todavía tenemos mucho que aprender sobre ellos.
Desgraciadamente, la contaminación y la lluvia ácida afectan al suelo y sus habitantes. Nosotros, como usuarios despreocupados de parques, jardines y, ocasionalmente, bosques, compactamos el suelo deliberadamente o no, de forma especial cuando utilizamos vehículos fuera de los caminos. Cuando esto pasa, el agua y el aire tienen difícil acceso al subsuelo y aumenta la erosión. Esto significa que tenemos mucho que hacer para proteger el suelo y la vida que contiene, una buena forma de celebrar el Día del Medio Ambiente. Aquí van algunas sugerencias:
- Dejar que las hojas, ramas y troncos de los árboles se descompongan allí donde han caído. El tiempo hará que se conviertan en parte del suelo.
- Evitar la alteración de la hojarasca y el suelo, mensaje especialmente dirigido a quienes van roturando la superficie a la vez que dicen buscar hongos.
- Caminar por los caminos y sendas del bosque.
- Evitar el uso de pesticidas y fertilizantes, así como el abandono de otros desechos y productos (plásticos, vidrio, metales, disolventes, pinturas, aceites, etc.) en el suelo.
- En invierno, usar las sales descongelantes con moderación, ya que la sal modifica el ph del suelo.
- Participar en campañas de repoblación forestal con especies autóctonas.
- Disminuir el uso de vehículos motorizados para mitigar los efectos de la contaminación y la lluvia ácida.