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La conservación va a la ciudad
El ritmo acelerado de los vehículos que pasan por la calle es el ritmo de una hora punta urbana que transcurre sin problemas. Aparentemente. Es la narración auditiva de una próspera economía del centro de la ciudad, aderezada con prisas, mal humor, cansancio, malos modos, incumplimiento de las normas… En el parque se retrata una historia diferente de la vida de la ciudad. Aquí, el suelo soporta árboles, no tráfico. Los usuarios del parque pueden obtener cierta cantidad de información sobre las especies plantadas y leer un breve fragmento literario en unos carteles de madera. Y también ganan una buena cantidad de serenidad en su paseo. Seguramente serían necesarios más carteles, o incluso letreros poniendo nombre a las calles del parque, o un panel que contara brevemente su historia. Pero, aun así, sigue siendo un parque en medio de la ciudad.
Es un ejemplo de lo que expertos en urbanismo, arquitectos, planificadores y residentes están haciendo o podrían hacer cuando la conservación forma parte de la vida en la ciudad. Las comunidades han de darse cuenta de que las mismas prácticas de conservación que ayudan a los bosques, las praderas y los arroyos de la región también tienen un lugar en las áreas urbanas. Una ciudad con criterios de conservación es importante para los ciudadanos porque es una manera de preservar nuestro sentido del lugar y nuestra herencia cultural. Nos ayuda a comprender el mundo natural en el que vivimos y a conectarnos con la naturaleza de una manera que nos hace saludables y felices. Convertir un parque en algo parecido a un jardín botánico es un ejemplo de gestión de recursos en un entorno urbano, pero la conservación en la ciudad consiste en algo más que letreros informativos y plantaciones decorativas. La incorporación de especies autóctonas, de paneles informativos sobre la problemática ambiental de la ciudad, de charcas o pequeñas lagunas o cursos de agua y, de forma especial, tener en cuenta las sugerencias de los usuarios del espacio verde, son prácticas que pueden proporcionar beneficios de conservación.
El incremento de la vegetación en la ciudad mejora la calidad del agua al filtrar los contaminantes transportados por la escorrentía. También beneficia a conductores y residentes cercanos al reducir la cantidad de agua que drena en las calles después de fuertes lluvias. La instalación de un mecanismo de recogida de aguas eliminaría la necesidad de un sistema de riego —¿no se recogía antes el agua de lluvia en tinajas?, ¿no se utilizaba luego incluso para cocinar?—. La vegetación puede reducir los efectos derivados de la “isla de calor”. Los técnicos están capacitados para diseñar estas y otras prácticas, las empresas pueden suministrar los materiales necesarios y las administraciones podrían gestionar todos los recursos. Unos y otros van siendo poco a poco más conscientes de los beneficios que proporciona el desarrollo de la conservación en la ciudad. A medida que esta idea se va aplicando, se hace extensible a la ciudadanía.
Ya sabemos que los beneficios de la ciudad verde no aparecen como cifras en una hoja de cálculo o números en un presupuesto, pero son incluso más importantes. Son beneficios para la salud que se logran caminando por una calle repleta de vegetación, y no por una calle dominada por el cemento. A pesar de que el espacio ocupado por la vida silvestre urbana tiende a ser relativamente pequeño, todavía contribuye a la diversidad natural y nos proporciona un beneficio considerable, sin olvidar las oportunidades educativas que ofrece. Además de proporcionar hábitat para mariposas y otros insectos polinizadores, las medianas y rotondas adecuadamente cuidadas también servirían para generar seguridad y reducir la fatiga, la irritación y el estrés.
Difundir el mensaje de conservación a los ciudadanos es una parte importante del proceso de conectarlos con la naturaleza. Ya sea un mural sobre árboles en una calle céntrica o un parque, o un cartel que promueva el cultivo de plantas autóctonas, es importante que los esfuerzos de conservación urbana transmitan un mensaje para llevar a casa. La educación y la divulgación son una parte importante de la conservación de la comunidad. Son cosas que ayudan al público a comprender lo que se está haciendo y por qué se está haciendo, pero hay que hacerlo para promover la conservación ahora y en el futuro, una conservación que tiene que ver con las personas y sus necesidades sociales, económicas y ambientales. La gestión de los recursos y los beneficios económicos son componentes clave de la conservación en el núcleo urbano, pero quizá el mensaje más importante es la conectividad. La conservación del entorno importa porque afecta a nuestra calidad de vida. Los seres humanos somos parte del medio ambiente, y no estamos separados de él.